lunes, 4 de junio de 2007

PERSONAJES CON HISTORIA.


Pioneros Anericanos: primera generación
ISADORA DUNCAN
Su nombre era Ángela Duncan Grey, pero adquirió el nombre de Isadora Duncan. Nació el 27 de mayo del año 1878 en San Francisco, bajo el signo de Afrodita, tal y como ella admitió en su autobiografía: “Nací en la orilla del mar. Mi primera idea de movimiento y de la danza me ha venido seguramente del ritmo de las olas”.
Su padre era un banquero que hacía y deshacía fortunas teniendo problemas con la justicia. Su madre que daba clases de piano para ayudar a mantener el hogar, se separó de su esposo por tener otra mujer. El divorcio de sus padres fue el hecho que marcó indudablemente la vida de Isadora. Desde corta edad además de anunciar a su familia que quería ser revolucionaria y bailarina, sintió la ausencia de su progenitor, dolor que intentaba mitigar envolviéndose con las enseñanzas maternas. Su madre educó a Isadora en el arte de la Antigua Grecia, que luego serían motivo de inspiración en sus danzas. La ilustró en poesía, en música contemporánea a la vez que le transmitía teorías sobre la feminidad.


A los 10 años Isadora decidió dejar la escuela ya que allí “no podía aprender nada de lo que quería saber”. La Sra. Duncan cumpliendo sus deseos la llevó a estudiar a un maestro de ballet de la localidad, pero Isadora se negaba asistir a sus clases ya que decía que “era feo y contra la naturaleza”. Ella concebía la danza como algo armonioso entre los seres y la vida, por lo que la danza debía de transmitir amor a la naturaleza y a la vida. El ballet clásico era todo lo contrario; “un entrenamiento que separa la mente de los movimientos gimnásticos del cuerpo. Las teorías que yo he fundado pretenden que la mente y el espíritu sean los motores del cuerpo y lo eleven sin esfuerzo para danzar tomando como modelo los movimientos del mar, de las nubes, de las hojas de los árboles,...”
Su educación se forjó escuchando a Beethoven, Schumann o Mozart y leyendo literatura y filosofía desarrolló su propia teoría sobre la danza, alejándose de lo clásico y oponiéndose a las técnicas de enseñanza tradicional.


A los 17 años, en Nueva York, el dramaturgo Augustin Daly, le abrió las puertas para presentarse en varios escenarios teniendo éxitos que le llevaron a los grandes teatros europeos, recorriendo Francia, Italia y Grecia. También obtuvo críticas por bailar descalza, con una túnica, sin maquillaje y con el pelo ligeramente enroscado que se soltaba cuando el ritmo se hacía violento. Sin embargo su arte original que buscaba la expresión divina del espíritu humano por medio del movimiento del cuerpo tuvo más fuerza.
Isadora difundió su danza por el mundo creando escuelas en Francia, Alemania y Rusia, teniendo como alumnas a bailarinas contemporáneas como Marta Graham y Mery Wigman. En el plano sentimental a pesar de atraer con sus danzas a intelectuales, pintores, poetas y admiradores que la cortejaban, los alejaba con sus palabras. Atea y practicante del amor libre, se negaba a depender de ninguna persona. En sus relaciones con diferentes hombres tuvo dos hijos, que murieron ahogados al caer a las aguas el río Sena, cuando daban un paseo en coche con su institutriz, siendo un duro golpe para la bailarina que abandonó su carrera temporalmente.


Luchando contra su dolor se refugió en la educación de la danza a los niños y llevando sus enseñanzas a otros países llegó a Moscú donde, rompiendo con su palabra de nunca contraer matrimonio, se casó con el poeta ruso Sergei Esenin, que acabaría por divorciarse de él por su problema con el alcohol.Después de la separación se cobijó en Niza y terminó de escribir su autobiografía titulada Mi vida. Y en uno de esos días del año 1927, durante su estancia allí, decidió dar un paseo en su Bugatti, en el que murió estrangulada por el chal rojo que se enredó en los radios de las ruedas.

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